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Corporate siteText: David J. Cord
Los avances tecnológicos están permitiendo la creación de hogares inteligentes, pero "inteligente" no necesariamente significa "útil". Parece que la gente no solo quiere hogares inteligentes; quieren hogares sabios, hogares que puedan recopilar, analizar y usar los datos de forma que sean útiles para las personas que viven allí.
Los edificios adquieren cada vez más "cerebros", la capacidad de medir el entorno y responder a las necesidades. Esto les permite programar las luces para que se enciendan cuando entran en una habitación o cuando llaman al ascensor cuando salen de su vivienda. Pero la tendencia en desarrollo de hogares inteligentes es que tengan un "corazón", así como la capacidad de agradar y ser única para cada individuo. Ahora que la tecnología de la comunicación están madurando, el próximo gran salto vendrá con la inteligencia artificial y el aprendizaje automático.
Los hogares serán adaptables, aprenderán nuestros hábitos y se anticiparán nuestras necesidades. Nuestro hogar nos entenderá y podrá ofrecernos más luz en el invierno si así lo detecta, nuestra primera taza de café estará esperándonos a las 7 a.m.,. Se adapta al envejecimiento de la población, como aumentar sutilmente la calidez en nuestro hogar, mostrándonos letras más grandes en nuestras pantallas o manteniendo la puerta del ascensor abierta un poco más
de tiempo.
El poder de transformación de la urbanización
El hecho de que la urbanización continúe en todo el mundo no es nada nuevo. La gente quiere vivir en las ciudades para los trabajos, los servicios, las redes sociales y las experiencias que brindan. Sin embargo, la urbanización también se está transformando debido a los cambios demográficos: las personas forman familias más tarde y viven solas durante más tiempo. Las tendencias globales como estas tienen un impacto en las necesidades de la vida del futuro.
La vida urbana con gran densidad de pobación significa que los edificios están creciendo más y los hogares son cada vez más pequeños. Los cambios en la economía y la demografía han hecho que la flexibilidad sea cada vez más importante. Los viejos edificios industriales deben convertirse en pisos. El envejecimiento de la población crea unos deseos y necesidades adicionales.
Esto se aplica a la arquitectura práctica, como la movilidad y la accesibilidad, pero también se aplica a los nuevos conceptos de servicio, especialmente diseñados para consumidores que envejecen. A medida que la urbanización aumenta y se transforma, se vuelve aún más importante mover a las personas de manera segura, eficiente y cómoda dentro de los entornos urbanos.
Priorizar el bienestar y la salud
Se está produciendo un cambio decisivo en gran parte del mundo. Una vez que las personas han alcanzado un cierto nivel de comodidad material, comienzan a priorizar otras cosas, como salud, comodidad y seguridad. La gente espera que sus hogares y entornos de vida contribuyan a su bienestar, y no solo sean un lugar donde dormir cuando no están trabajando.
El concepto de hogar se está transformando y expandiendo, desde nuestros apartamentos hasta los edificios, desde los vecindarios a las ciudades. El límite entre el hogar y el trabajo también se está difuminando. Vemos a los millennials felices de trabajar desde los sillones de sus apartamentos o dormir en futones en sus oficinas. En algunos casos, incluso tenemos el nómada digital, que trabaja de forma remota Los edificios deben tener cada vez más en cuenta el bienestar, como la cantidad de luz que recibe un apartamento y el acceso a jardines y áreas comunitarias.